Sonia Barbosa

¡Hola familia!

Ya estamos aquí otra semana con todos vosotros. En esta ocasión os traemos una fantástica entrevista con Sonia Barbosa ¿os parece si la conocemos un poco más?

Hace 14 años me subí por primera vez a una moto de paquete con mi amiga Miriam Mato (ella lleva toda su vida en moto) y nos fuimos un fin de semana a Orense. A mí no me gustaban y les tenía miedo pero, finalmente, acepté ir con ella. Compré mi traje (el cual buscó ella por milanuncios) y las botas aún las llevo a día de hoy por 100 euros.

Cuando vino a recogerme me explicó cómo tenía que subirme a aquella Ducati 620SuperSport porque yo la veía 2uy alta ”y no sabía cómo hacerlo. Se agarró a la barandilla del hórreo para que yo no la tirara y llevábamos equipaje para una semana. Las primeras sensaciones me gustaron mucho y, a la vuelta, decidí que quería ser yo quien llevara una moto. Le  pregunté: ”Oye mona, ¿tú crees que yo podré llevar una moto?”. Y me dijo: ”Pues  claro!”.

Recuerdo que cuando llegué a Orense estaba muerta de calor. Agosto, temperaturas elevadas…y la miré y le dije que estaba muerta de calor a lo que ella me preguntó si no había quitado los forros a la ropa de moto. “Pues no, nadie me dijo que había que quitárselos” (ni yo sabía que los llevaran).

Me apunté a la autoescuela y me compré una Ducati Monster 620 roja la cual no pude probar porque mi 1’52m de altura me lo impidió (no he podido probar ninguna de las 4 motos que he tenido). Es el principal problema al que me enfrenté por querer llevar una. Así que  lo que hice fue quitar espuma al asiento, poner más goma en las suelas de los zapatos y bajaron la suspensión de la moto varios centímetros (la que llevo actualmente en la BMW F650GS está bajada 7 cm.

El otro problema es que nunca anduve en bici con lo cual tuve que aprender a cogerlo y para ello mi amiga y yo nos íbamos a una explanada de una estación de tren y con unas tizas ella pintaba dos rayas blancas en el suelo y se ponía al fondo con la mano alzada diciéndome “mírame a mí” para que yo consiguiera llevar la moto entre las dos rayas. Cuando empecé las clases en la autoescuela me caí muchas veces y mi profesor de Autoescuela me dijo que “ la moto no era lo mío” así que, llorando, me fui hasta un parque cercano y me senté en el bordillo hasta que me di cuenta de que tenía que intentarlo, pese a todo. Apreté los puños y me dije a mí misma ”pues te vas a enterar”. Y así fue, a día de hoy aquella frase me dio la fuerza necesaria para continuar y creer aún más en que era capaz, viajando sola por el mundo llegando a dar la vuelta al mundo en plena pandemia y Guerra.

En realidad siempre he viajado, solo que, a día de hoy lo que se muestra en redes sociales más son mis viajes en moto pero desde niña siempre supe que la palabra “viajar” sería decisiva en mi vida. De hecho, quise ser azafata de vuelo pero pedían un mínimo de estatura y como no alcanzo pues por ese lado no pude hacer nada. A día de hoy, la carretera es mi oficina y me encanta mi trabajo. Me paso horas y me pasaría horas conduciendo (autobús, coche, moto). No he pausado mi día a día de conductora de autobús sino todo lo contrario. Trabajo mucho para poder hacer estos grandes viajes (como los llama la gente) y he renunciado a muchas cosas para llevarlos a cabo. Cumplir sueños no es fácil y no todo el mundo está dispuesto a ello. Mi trabajo es necesario para poder viajar y viajar es lo que le da mucha ilusión a mi trabajo y le quita esa monotonía que tiene el ser conductora de autobús urbano.

Bueno, los lugares están ahí y ya están descubiertos por alguien pero es cierto que, cuando llegas a un sitio con gran valor histórico eso impacta mucho más. Un país al que, sin duda, repetiría visita es Islandia por su gran atractivo paisajístico. Se me ponía la piel de gallina contemplando las enormes cascadas, los volcanes o, géiseres,.. Estar allí es estar en un laboratorio geológico al aire libre.

En el 2021 atravesé Rusia y Ucrania en la primera etapa de la vuelta al mundo. Ahora, la situación actual, me hace echar la vista atrás y pensar que muy poco antes de que estallara la Guerra, yo estaba allí. Lamentablemente, este conflicto me tocó de lleno puesto que mi moto estaba en Vladivostok cuando esto estaba sucediendo y me costó mucho esfuerzo sacar a mi compañera de rutas del país. Tengo muchos amigos por el mundo y se volcaron conmigo todos: Ricard Tomás, Álvaro Rojas, Charly Sinewan, Ernesto Lozano, Carlos Fernández, Mac Camel,..

Mi lema es “No son los kilómetros recorridos los que hacen grande al aventurero sino la forma en la que se viven” precisamente por esto. Llevo 9 años enseñando Asturias a través de mis rutas en moto en el blog “Explorando el paraíso en moto” alojado en un periódico ”El Comercio” y, pese a mis “soniadas”, no he dejado de hacerlo, de valorar lo que tengo al lado porque no hace falta más que abrir la puerta de mi casa para darme cuenta de que vivo en un paraíso. Y no hace falta esperar el viaje del año” para disfrutar de la moto. No por ir más lejos, será un viaje mejor, ni mucho menos.

Me ha escrito mucha gente por mi viaje a Islandia sobre el tema del ferry, por ejemplo, carreteras.. Un viaje así requiere tiempo puesto que el ferry ya son 4 días (2 de ida y 2 de vuelta). La Ring Road está asfaltada, la velocidad máxima es de 90 kms/h en el país, aunque yo muchas veces no iba a eso puesto que me gustaba parar bastante a sacar fotos y fotografiar estampas. Hay unas carreteras denominadas “F” en las que los seguros, si te metes por ellas, no se hacen cargo de lo que suceda puesto que suelen rodar por allí todoterrenos, vehículos destinados a ese tipo de vías. El GPS puede jugártela y adentrarte en pistas donde, sí es cierto que encontraremos pocos vehículos y en las que el factor “suerte» jugará un papel importante como lo fue en mi caso justo el primer día que llegué. Pendientes del 17% llenas de grava, curvas de herradura,.. Allí no hay arcenes, con lo que es frecuente encontrarse vehículos parados en plena carretera y gente fuera fotografiando lo de alrededor. Hay que extremar las precauciones ante ello. El viento en este país puede ser un auténtico problema. Es muy fuerte con lo cual encontraremos zonas donde nos cueste mantener la moto en pie (me sucedió cerca de Vik, en el sur). La acampada libre está prohibida pero los campings ofrecen muchos servicios a precios de 13, 14 euros (Lo más que pagué fueron los 17 euros junto al Lago Myvatn). El clima es un factor sorpresa cada día con lo cual la indumentaria puede variar a lo largo del mismo día. Como en cualquier viaje, recomiendo hacer un seguro y más en estos países tan caros.

Después de haber cruzado la Transiberiana atravesando Rusia mi concepto de “carretera en buen estado” ha cambiado puesto que, recordando aquellos barrizales en los que me encontraba metida casi todos los días en los que pensaba que me iba a matar, cada vez que ruedo por una carretera de Asturias es como hacerlo casi por autopista. Las zonas más próximas a Moscú y San Petersburgo, por ejemplo, disfrutaban de buen asfalto (mayor poder adquisitivo de esta gente). A medida que iba hacia el este, el estado era cada vez peor y hasta ellos mismos me decían que tuviera mucha suerte porque las carreteras estaban muy mal (y cuando un ruso te dice que la carretera está mal puedes echarte a temblar). Pude comprobarlo por mí misma sufriendo no solo el pésimo estado de las mismas sino también la enorme inconsciencia de los conductores rusos .

Recuerdo que me habían dicho que Miami era una ciudad complicada para conducir y, a mi personalmente, no me lo pareció. Tengo la gran suerte de haber conducido por Estados Unidos, Canadá, Alaska, Islandia, Marruecos, Rumanía, Ucrania, Dinamarca, Bélgica, Alemania,… y lo bueno de ello, al igual que de viajar, es que puedes comparar y observar . Conducir por Bishkek es todo un caos en el que las normas no existen o, más bien no se cumplen. Los países más desfavorecidos económicamente muestran una infraestructura vial más pobre y si a ello unimos una mala conducción, la mezcla es explosiva.

Sobre este aspecto no tengo una opinión única. En algunas zonas será la carretera la que favorezca el que se pueda producir un accidente y en otras el factor humano. Creo que habría que estudiar estadísticas y situaciones.

Gracias a Jorge Rey y su apoyo en Grupo Motero podéis adquirir merchandising (camisetas, pegatinas..) y apoyarme en mis viajes y los libros los suelo enviar yo dedicados. El último estoy promocionándolo ahora. El próximo 7 de octubre estaré en La Coruña en la sede del Amodiño M.G. EN Os Campons, Sigras (Cambre) y tengo que darles las gracias a todos y en especial a Helena de Andrés, una motera gallega que ha asistido a todas mis charlas en A Coruña adquiriendo los libros y fue la que, desde un primer momento, me contactó para que supiera que tenía su sede a mi disposición.

NOTA: Las fotos usadas han sido cedidas para esta entrevista y tienen © Sonia Barbosa (o entidades mencionadas en ellas).

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