
¡Hola familia!
Regresamos otra semana más en SmartMotoRiders con un tema que a todos nos afecta: el descuento sobre el precio de los carburantes.
Se preveía un descuento de 20 céntimos por litro en los carburantes en el Real Decreto-ley 6/2022, de 30 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania.
Esta medida se ha prorrogado con el Real Decreto-ley 11/2022, de 25 de junio, por el que se adoptan y se prorrogan determinadas medidas para responder a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, para hacer frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, y para la recuperación económica y social de la isla de La Palma.
Desde principios de abril que se aprobó la medida hasta ahora, lo que hemos visto es como inicialmente parecía que los precios de los combustibles «se contenían». Ahora bien, en las últimas semanas vemos como los precios estan disparados y ya superan los más de 2€ por litro independientemente del tipo de combustible. Además, hay que sumar el hecho que esta medida no discrimina por rentas, es decir, por el poder adquisitivo de cada uno de nosotros sino que todo el mundo se beneficia de la misma bonificación independientemente de su capacidad económica.

¿Realmente el descuento es efectivo?
En el estudio elaborado y publicado a finales de mayo por los investigadores Juan Luis Jiménez, Jordi Perdiguero y José Manuel Cazorla-Artiles, se aprecia como «los precios medios en España aumentaron tras la política en, aproximadamente y en media, 5 céntimos. Concretamente la gasolina 95 incrementó 2,7 céntimos de euros antes de impuestos y 3,7 después de impuestos; y el diésel aún más, llegando a 4,1 y 6 céntimos de euro antes y después de impuestos, respectivamente».
Han aplicado la siguiente fórmula matemática:

Así, pues, las conclusiones a las que llegan estos investigadores son:
- En primer lugar, un mercado con severos problemas de competencia en todas los eslabones de la cadena productiva (véase entradas al respecto aquí o aquí), y una demanda inelástica, el establecimiento de un subsidio permite que los productores se apropien de una parte de este (la traslación a precios depende de la competencia, como se evalúo aquí).
- En segundo lugar, la inefectividad de la medida: una parte de la subvención no se refleja en menores precios para los consumidores, que deberían pagar 20 céntimos menos, y no 15 como realmente está pasando. Además, con el agravante doble del coste que tiene para el sector público y el medioambiental, al estar financiando e incentivando la generación de emisiones contaminantes.
Enlace al artículo completo a continuación: