¡Qué tal familia!
¿Cómo han ido las vacaciones? Seguro que super bien. Retomamos nuestras publicaciones con una entrevista a un aventurero de la moto: Ricardo Fité. Nos citamos con él en el Distrito de Les Corts de Barcelona.
¿COMENZAMOS?
¿Quién es Ricardo Fite?
Soy nacido en Barcelona, en enero de 1974. Mi formación académica es la de licenciado en Educación Física (INEFC) por la Universidad de Barcelona. También soy cinturón negro de judo.
¿De dónde te viene la pasión por el motociclismo?
Sobre el año 1998 en Barcelona un amigo mío se iba a deshacer de toda la colección de la revista «Solo Moto» que había ido haciendo durante años. Decidí quedarme con esos ejemplares y me gustaba mucho la sección de «La gran aventura», de Bernardino Rosendo. Cuando vi que había gente que iba con Mobylette o Vespa viajando por Europa, decidí que yo también podría hacerlo.
La scooter que tenía no era suficiente para esa clase de aventuras y decidí comprar Yamaha SR 250 Special de segunda mano, que me costó 150.000 pesetas. En aquellos tiempos era mucho dinero.
¿Cómo preparas físicamente la temporada de viajes?
En este aspecto soy un afortunado. Al haber estudiado Educación Física, siempre he ido haciendo deporte. Actualmente hago gimnasio aunque este último año no he tenido tanto tiempo.. pero… ¡quien tuvo, retuvo! jajaja
Si no hay noticias, significa que no hay problemas; que todo va bien
Para los viajes, ¿tienes algún dispositivo de localización para que tus familiares puedan seguirte en ruta?
No uso ningún dispositivo. Soy de los «antiguos» y creo que «Si no hay noticias, significa que no hay problemas; que todo va bien». Además, no viajo a lugares tan insólitos donde no pueda tener a menos de 2 horas un lugar «habitado». Así que si algo me ocurriera, tarde o temprano podrían encontrarme.
¿Nos podrías contar alguna anécdota divertida que te haya ocurrido?
Tengo muchas pero os voy a contar esta que también está en el libro. Resulta que me encontraba en Mongolia y caí con la moto en el desierto. Cuando vi que estaba bien, fui a recuperar la moto, que estaba bien magullada (estriberas, escape …). Total, que se me aparece un niño por allí y como no hablaba ni ruso ni inglés, me indicó hasta su casa, que no quedaba lejos. Allí, unos familiares del niño me querían ayudar a reparar la moto aunque yo quería salir el siguiente día porque ya se había hecho muy tarde. Como no había manera que nos entendíamos, me trajeron un diccionario inglés-mongol. Busqué la palabra mañana en inglés «tomorrow» para tratar de hacerles entender que yo quería reparar la moto al día siguiente con más calma. En el diccionario aparecía un ejemplo al lado de la palabra que decía «tomorrow is my birthday» (mañana es mi cumpleaños). Sin darme tiempo a reaccionar, me comenzaron a cantar el cumpleaños feliz jajaja Tras descansar y recuperar energía, al día siguiente se pudo reparar la moto y continuar así con el viaje.
¡Qué divertido! ¿Qué les dirías a nuestros lectores para que se animen a leer tus libros?
Son libros de narrativa viajera. Esto significa que hace sentir al lector como si él mismo estuviera haciendo el viaje. De los dos libros que he publicado, el de «Cinco veranos en moto» narra con detalle cómo fueron los pormenores de la preparación y la ruta, así como la solución a los contratiempos que fueron surgiendo (idiosincrasia de la antigua república soviética) y cómo se pudo hacer frente a las dificultades económicas de este proyecto. El otro libro, «No le digas a la mama que me he ido a Mongolia en moto«, es un libro que anima a viajar en moto sin muchos recursos.
En los últimos tiempos está volviendo a haber un repunte de la accidentalidad de motocicletas en carretera. ¿Qué crees que se podría hacer desde nuestro colectivo para concienciar sobre los riesgos que entraña desplazarse en moto?
Siendo un poco drástico, creo que se podrían hacer campañas que muestren actitudes a cambiar. Por ejemplo, muestras de conductores con poca paciencia, de despistes al volante o con la moto, de no mantener la distancia de seguridad, etc. Creo que esto podría poner encima de la mesa que con estas actitudes no se va a ninguna parte.
Por otro lado, también se podrían hacer tertulias de amigos, colectivos «moteros» donde se explicaran anécdotas, también sustos que hayan sufrido para que se demuestre que salir en moto en carretera es salir a disfrutar, no a poner en riesgo la vida.
Próximo libro «Moto, sudor y África»
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
La Yamaha XT de 1991 la tengo en Angola desde el año pasado (2018). Tengo ganas de volver para continuar recogiendo experiencias y así generar contenido para el próximo libro sobre el que estoy trabajando que tendrá el título de «Moto, sudor y África».
Soy muy friki del Scalextric
¿Qué haces cuando no estás de viaje?
Pues tengo mis hobbies. Soy muy friki del Scalextric. Tengo mucho material y a día de hoy no he podido gastarlo aun. En mi casa suelo dedicar una habitación a esto en exclusiva.
Además, tengo otras aficiones. Me gusta mucho escribir, el cine clásico, leer libros de aventuras (Ernest Henry Shackleton, Papi lomo, ..)
Por último, ¿cómo haces posible tus aventuras?
Sin lugar a duda es gracias a los colaboradores que he ido consiguiendo durante estos años. Quería aprovechar esta ocasión para agradecer a mi familia, amigos, al equipo del Bar Sarau de Badalona, Papá Neptuno, Outletmoto, Viajesenmoto.com, Gestoria CR de Badalona, Uniras Ade, Televisión de Badalona, Neumáticos Zapata, y como no, a Editorial Diéresis. También a todas aquellas personas y entidades que por razones de espacio de esta entrevista no puedo llegar nombrar pero que estáis ahí, ¡mil gracias!
¡¡Muchísimas gracias Ricardo por concedernos la entrevista!!
Recordad, que la semana que viene volvemos con más cosas. ¡No nos falléis!
NOTA: Las fotos usadas en esta entrevista tienen © de Ricardo Fite (y/o de las entidades mencionadas en cada foto) y han sido cedidas para esta entrevista.